El miedo es una emoción válida y que debes aprender a identificar y a liberar
en especial, en momentos en los que tienes la incertidumbre de no saber si tu cuerpo está sano.

Tu tarea es aprender es ponerle nombre, a decirle de frente miedo.

Porque, cuando reconoces lo que sientes, puedes entender que es lo que quiere expresar tu cuerpo y ponerte en acción para liberarte de esa emoción. Debes darte el permiso de llorar, de gritar, de irritarte, de sentir miedo.

Esto te ayudará a que el proceso sea más liberador y menos traumatizante.

El miedo es la sensación de angustia cuando te sientes amenazado.

Físicamente, tu corazón late más rápido, se altera tu respiración.

Cuando tienes incertidumbres acerca de tu salud, haces que el miedo aumente y se transforme en pánico. Los problemas se vuelven más grandes, hasta convertirse en fatalidades.

Por eso es muy importante que hables con tu médico y le pidas que te explique, claramente, los resultados de tu examen. Mientras menos dudas tengas, el miedo y la angustia disminuirán.

Para superar el miedo, tu aliada más importante es la respiración:

  • Debes aprender a profundizarla, a sentirla, a acompañarla, para que esa angustia no se encaje en tu cuerpo.
  • Expandir el pecho en el momento de respirar es la clave para sentir la fuerza, la energía y la seguridad que emana de tu cuerpo. Además, te permitirá sentirte valiente, saber que tu cuerpo podrá superar la enfermedad.
  • La respiración, además, te ayuda a relajarte y a regalarme unos minutos de paz interior, para quedarte en silencio y establecer un diálogo contigo mismo.
  • El control de tus pensamientos también te ayuda a vencer los miedos. Debes eliminar las imágenes negativas y pintar, con tu mente, escenas de felicidad en las que estés sano y disfrutando de la vida.

Ejercitarte, hacer meditación y darte espacios para soltar el llanto, también son liberadores del miedo. Estas te ayudan a sentir calma, escucharte y establecer un canal entre tu cuerpo y tu mente.

Recuera siempre que las emociones son libres, vienen y se van.
En ti está aprender a liberarlas.