Internet logró su cometido, compartir información con muchas personas...

internet1.jpgLa red de internet logró su cometido, compartir información con muchas personas del mundo y entre esos internautas cada vez es mayor el número de niños que navegan solos. De acuerdo con un estudio sobre el comportamiento de los menores en relación con la internet, realizado por la firma estadounidense Nielsen Norman Group y publicado por la BBC News, 65.3 millones de niños y niñas entre los cinco y los 17 años tienen acceso a internet desde sus hogares en Estados Unidos y Europa Occidental, mientras que 54.1 millones tienen acceso en las escuelas, en 2002. El estudio demostró que mientras un adulto mayor que conocía bien la herramienta se demoraba 12.5 minutos buscando un dato, un joven los hacía en siete minutos. Los beneficios de internet son evidentes, permite entrar en contacto con otros usuarios, compartir ideas, hacer nuevos amigos en cualquier parte del mundo. En la red se puede jugar, aprender, realizar actividades o ejercicios mentales solos o retándose con otras personas. La mayor parte de las personas que utilizan internet tiene experiencias muy positivas, pero también existen riesgos. Los jóvenes y los niños ven en internet una ventana y un mundo que quieren descubrir en su totalidad, es la curiosidad como condición natural cuando se está creciendo. Para que esta experiencia sea positiva, las niñas y los niños necesitan la orientación de los padres y educadores para asegurar que sus viajes por el ciberespacio sean divertidos, sanos y educativos.

Contenidos que agreden la gran angustia de los padres frente al uso que los niños hacen deinternet2.jpg internet, radica en la posibilidad de que accedan a información peligrosa, es decir con contenidos violentos, racistas, sexistas, con comportamientos de discriminación, con pornografía, que los induzcan hacer compras on line, a establecer contacto con personas desconocidas, e incluso, a ser abusados sexualmente. Entidades educativas, particulares y gubernamentales del mundo están alertas con la proliferación de sitios con contenidos que lesionan la integridad moral de los pequeños, el gobierno colombiano no se quedó atrás, como lo evidencia la campaña Internet Sano, dirigida a la prevención de la pornografía infantil y juvenil en internet. La imagen de la campaña está representada por Susy 90, una niña que invita a navegar sanamente por la red de información y que enseña a contar con las autoridades y denunciar actividades sospechosas en la red. De acuerdo con un estudio realizado en España por el Defensor del Menor en 2002, con una muestra de 4.000 niñas y niños entre los 10 y los 17 años, 44% de los menores que navegan con regularidad se ha sentido acosado sexualmente en internet en alguna ocasión y 11% reconoce haber sido víctima de esta situación en diversas ocasiones. En ese sentido, las salas de chat de adultos resultan de alto riesgo para los pequeños, porque los temas de sexo son recurrentes y en medio de su ingenuidad, pasan por alto las normas mínimas de protección del chat, como son no usar el nombre de pila, ni el sobrenombre familiar, tampoco dar el número telefónico y otros datos personales, y menos aún, concretar citas con desconocidos a través de este medio. Pero, ¿por qué los niños no deben ver pornografía? A esta pregunta, la sicóloga y sexóloga Martha Cecilia Echeverri responde partiendo de la diferencia entre erotismo y pornografía. Las imágenes eróticas son el resultado de la intervención humana, en algunos casos como producción artística y pueden llegar al niño a través del cine, la pintura, internet o la televisión; son contenidos con una intención de cuestionar, tienen un contexto y frente al cual los padres pueden orientar al niño preguntándole qué piensa de lo que ve, si esas imágenes le generan inquietudes o si las ha visto en otras partes. La pornografía, por su parte, es un negocio que se vale de la ignorancia de las personas, del desconocimiento de sí misma, de sus necesidades reales, de su incapacidad para identificar su propia sexualidad. Por esta razón las personas no "se vuelven" adictas a la pornografía, sino que "están" adictas, creen que esa ficción, que ese estímulo irreal suple sus necesidades afectivas y emocionales, una situación que puede superarse con educación. El objetivo de la pornografía es producir una transacción comercial y su auge en los medios masivos de comunicación como la televisión, las revistas e internet es precisamente la desinformación, el tabú que aun existe sobre la sexualidad. Mientras haya ignorancia, mito, sobre un tema tan natural y tan humano como la sexualidad, la pornografía existirá como negocio. De esta manera, si un niño o una niña tiene fuentes de información amables y claras, como los padres y los profesores, que le explican sus dudas sobre la sexualidad a medida que crece en edad y en inquietudes, habrá muchas menos probabilidades de que quiera acceder a un medio que le muestra imágenes que pueden llegar a parecerle violentas, porque además están fuera de contexto. Un aprendizaje positivo puede hacerse a través de las mismas imágenes a las que está expuesto de forma continua en la televisión, en sus padres o en otras parejas, imágenes que tienen dosis de erotismo, pero en las que la genitalidad no es gran foco de atención. Por fortuna, la sociedad aprendió las lecciones con las drogas y el sida, en el sentido de que callarlo no es la mejor vía para prevenir su aparición. Todo lo contrario, son las campañas preventivas que hablan de los riesgos, la única alternativa que puede evitar el daño. Los niños y las niñas tienen una gran capacidad para entender las explicaciones y los argumentos de los mayores, eso sí, en concordancia con su desarrollo emocional e intelectual.

Puesto en práctica

Los padres y madres deben estar todo el tiempo que puedan cuando los hijos estén frente a la pantalla de computador. Es posible que los menores hagan preguntas importantes.

Enseñar a los niños a no dar su nombre ni información personal a personas que conozcan a través de este medio, especialmente en las salas de chat o foros de discusión.

Pedir a los hijos que nunca se citen con personas que hayan conocido por internet y solicitarles que les informen si alguien los invita a un encuentro. Es conveniente explicarles que las personas suelen adoptar otra identidad en el chat y que no debe creer todo lo que se dice en ese ámbito. F Establecer normas claras sobre el uso de internet, como las horas que se invierten, los sitios que se visitan o el no comprar artículos sin la autorización de un adulto. Es un buen tema para discutir en familia.

Pedirles que discutan con los adultos responsables todo lo que les pueda intrigar o molestar. Explicarles que no lo va a castigar si lo sorprende por azar en un sitio peligroso o si por casualidad llegó hasta él. Este es un gran reto para los padres que implica autocontrol y que es el punto de partida de una relación de confianza que desarrolla el sentido crítico del menor.

La represión no es la alternativa, porque resulta imposible la vigilancia 24 horas. Lo único que previene de forma efectiva que su hijo acceda a información inadecuada, es hablándole de los riesgos y propiciando una relación donde la comunicación en casa sea suficiente para espejar sus interrogantes sobre la sexualidad y reafirmar sus valores familiares.
Fuente: Martha Cecilia Echeverri R., sicóloga y sexóloga.