El primer trimestre es un período en el que ocurren cambios importantes en el cuerpo de la madre, pero que son asumidos y percibidos en forma individual. Mientras que algunas mujeres saben que están en embarazo desde los primeros días, otras no hasta varios meses después que perciben la falta de la menstruación y se realizan una prueba de embarazo. De igual forma, algunas mujeres se sienten llenas de energía y con un bienestar inmenso, otras se sienten bastante fatigadas emocional y físicamente y otras no sienten en realidad nada extraño. De todos modos es un período de cambio físico en el que muchas cosas están ocurriendo.

Aunque algunos cambios físicos pueden ser incómodos, de ninguna manera comprometen la salud de la madre o del bebé. Saber qué le pasa al cuerpo, qué síntomas pueden acompañar estos cambios y cómo manejarlos, es una buena estrategia para que la madre se sienta segura, tranquila y se adapte más fácilmente a su nueva situación.

Por dentro: a toda marcha; por fuera: agotada
Uno de los síntomas más frecuentes del embarazo es un inmenso cansancio, y no es de extrañar si se toma en cuenta todo el trabajo que el cuerpo tiene por hacer. Durante la primera semana del embarazo el cuerpo comienza a producir más sangre para llevarle nutrientes al nuevo ser; el corazón multiplica sus esfuerzos para acomodarse a este nuevo volumen de sangre y el ritmo cardiaco puede acelerarse hasta 15 pulsaciones por minuto. El cuerpo cambia la forma que utiliza el agua, las proteínas, los carbohidratos y la grasa. Todo este esfuerzo por adecuarse a una nueva condición es la que produce la fatiga. Si a esto se le suman los cambios emocionales, las nuevas preocupaciones, las expectativas por el embarazo, el estrés por los ajustes en el trabajo, por los nuevos gastos, etc., no debe causar sorpresa que la madre esté realmente cansada.

La solución: suficiente descanso, y esto significa el descanso que el cuerpo pida en cada caso particular. Si hay mujeres que con sus rutinas de sueño normal se sienten perfectamente, hay otras que necesitan aumentar el descanso en varias horas. Tomar siestas, recostarse con los pies elevados, buscar apoyo en los hijos y la pareja para tener tiempo de reposo, disminuir las actividades sociales que demanden esfuerzo, son algunas de las estrategias recomendadas. Otras sugerencias simples son evitar la bebida de líquido algunas horas antes de irse a dormir para no tenerse que levantar al baño varias veces en la noche; hacer ejercicio para aumentar el nivel de energía (basta con una caminata diaria de 30 minutos); comer adecuadamente y en forma balanceada ya que un déficit de proteínas o hierro puede incrementar la sensación de cansancio.

Porqué todo me produce náusea
Setenta por cierto de las mujeres embarazadas sufren de náuseas y vómitos, más aún en los primeros meses de embarazo. Las causas de estas molestias parecen ser los cambios hormonales (producidos por la placenta y el feto) y los cambios en el sistema gastrointestinal (debido a que el estómago parece digerir los alimentos en forma más lenta por el efecto de las hormonas del embarazo). Aunque los malestares diarios son bien conocidos, las náuseas y el vómito puede ocurrir a cualquier hora del día o desencadenarse por cualquier estímulo olfativo o gustativo. Suelen ser más fuertes en madres primerizas, mujeres muy jóvenes o con embarazos múltiples y se agravan con el estrés y el cansancio.

Usualmente las náuseas comienzan alrededor de la octava semana de embarazo y pueden durar hasta la semana 14 ó 16, aunque no es una regla fija. Hay casos aislados en los que las náuseas y el vómito son tan fuertes que la madre no puede retener los líquidos y nutrientes que necesita ni ganar el  peso adecuado. Esta condición se llama hiperemesis  gravídica y debe ser tratada por el médico.

Las náuseas corrientes pueden manejarse adecuadamente modificando los hábitos alimentarios. La idea es evitar que el estómago esté completamente lleno o completamente vacío (ya que esto aumenta la sensación de náusea). Para ello se recomienda tomar varias comidas pequeñas a lo largo del día (por ejemplo seis comidas en vez de tres) y disminuir la ingesta de líquido con los alimentos. Es importante también descansar, dormir suficientemente y evitar la fatiga ya que contribuye a que aparezca el malestar. Para impedir las náuseas matutinas se recomienda tener un paquete de galletas de soda o un poco de té junto a la cama, comerlos antes de salir de ella y levantarse lentamente.

Y... más cambios aún
El peso es uno de los factores que más asustan a las mujeres en embarazo. Aunque en promedio el incremento de peso durante los nueve meses de gestación de una madre es entre 10 y 12 kilogramos, en el primer trimestre el aumento promedio no será superior a un kilogramo. Independientemente de esto, los senos sufren un cambio notorio. Ellos son los primeros en delatar un embarazo. Los cambios que se producen se deben al efecto de las hormonas progesterona y estrógenos. A las pocas semanas de embarazo ya se puede sentir pesadez, tensión e hipersensibilidad en los pechos. Lo mas recomendable es conseguir brasieres especiales para maternidad o para deportes que tienen un soporte adecuado.

En muchos casos aparece con el embarazo una urgencia permanente de orinar. Los especialistas explican que el crecimiento del útero en el primer trimestre y la optimización de la función renal son los causantes de que la necesidad de ir al baño aumenten. El útero al crecer hace presión además sobre la vejiga y por ello puede haber pérdida de orina al toser o reír. Hacia el cuarto mes, el útero se ha reacomodado en el espacio de la cavidad pélvica y los problemas urinarios mejoran o desaparecen.

Es importante que vaya al baño cuantas veces lo necesite. Retener la orina puede producir un vaciado incompleto de la vejiga, que puede llevar a una infección del tracto urinario. Un vaciado completo de la vejiga tiene la ventaja adicional de que disminuirá la frecuencia en la necesidad de orinar.

Muchas mujeres en embarazo se quejan de dolores de cabeza y mareos. Aunque no se conoce una causa exacta, se estima que estos malestares se deben a los cambios hormonales y circulatorios que sufre el cuerpo femenino en el embarazo, sumado al estrés y el cansancio que acompañan el nuevo estado. Los dolores de cabeza similares a la sinusitis pueden aliviarse colocando compresas de agua tibia en la frente, nariz y pómulos. Los dolores por estrés se pueden apaciguar colocando una compresa de agua caliente en la nuca. Algunos ejercicios de relajación, el descanso y una buena alimentación puede ayudar a controlar las jaquecas. Para evitar los mareos tenga cuidado con los movimientos bruscos, levántese siempre lentamente y cuide su nivel de azúcar según las recomendaciones del médico.