La mayoría de los accidentes se pueden prevenir, así que, siéntate un ratito, mira a tu alrededor, piensa lo que pone en riesgo a tus hijos y pon manos a la obra para que las vacaciones y la Navidad,
pasen sin que haya nada de que lamentarse.

 



 

Los niños esperan todo el año las vacaciones de navidad. ¡Es la mejor época del año! Sin embargo, es también una temporada donde los accidentes aumentan entre 15 % y 20 % porque ellos tienen mucho tiempo libre, están jugueteando todo el tiempo, muchas veces sin la supervisión de los padres y hay un montón de cosas que pueden generar accidentes y que no están tan presentes el resto del año.

Lo ideal es que los niños siempre estén acompañados por un adulto, pero como esto a veces no es posible porque muchas veces los papás trabajan, lo más importante es comenzar a educarlos en su propia seguridad. Que los más grandecitos le den el ejemplo a los pequeños y que sean conscientes de que cuidarse es una responsabilidad y una forma de quererse a ellos mismos. Ojo en la temporada de vacaciones y Navidad a:

Los carros: jugar con los amiguitos es parte de los placeres de estar en vacaciones, pero es importante que ellos estén más alerta que nunca a los carros que vienen y van. Recuérdales que nunca deben cruzar una calle sin mirar y que su vida vale más que un balón. En Navidad ellos deben tener el doble de cuidado.

La electricidad: enséñale a tus niños que nunca deben tocar los cables del alumbrado, los tomacorrientes y que deben tener cuidado con cualquier cosa que tenga electricidad. Un choque eléctrico para un pequeño es casi garantía de muerte.

La pólvora: aunque la legislación ha prohibido la venta y el uso de pólvora en ciudades como Medellín y Bogotá, se consigue fácilmente y está muy presente en las celebraciones navideñas. Es hermosa, pero puede dañar el futuro de un niño. Nunca dejes que tus hijos manipulen ningún tipo de pólvora, ni siquiera las chispitas que se ven tan inofensivas. En solamente la primera semana de diciembre ya hay casi 50 lesionados y la cuenta sigue aumentando.

Quemaduras por líquidos: Navidad ¡tiene mucho fuego! Siempre hay velitas, las ollas calientes con la natilla, el aceite de los buñuelos o las hojuelas. 7 de cada 10 quemaduras se dan por líquidos calientes, así que, para que la fiesta no se nos convierta en tragedia, recuerda mantener los niños fuera de la cocina y supervisarlos siempre que haya algo encendido cerca.

Objetos pequeños: los niños más pequeños se llevan todo a la boca sin pensar que se pueden ahogar. Si tienes niños menores de seis años en casa, no pongas en la decoración navideña objetos pequeños, bolas de cristal de esas que se quiebran en aristas, ni nada que lo pueda ahogar. Fíjate en el tamaño: si es menor que la mitad de tu dedo gordo, no lo pongas.

Caídas: es normal que corran, jueguen y se persigan. Eso es lo que hacen todos los niños! Y también que se caigan de vez en cuando. Pero ten cuidado que no haya ventanas abiertas, balcones sin protección, que no corran por las escaleras, que no se suban a sillas o mesas para coger cosas o jugar, ni se trepen a los árboles sin un adulto cerca. Los accidentes “cotidianos” son la mayor causa de muerte infantil y por eso no hay que pensar que en la casa no hay riesgos.

Las piscinas, charcos y ríos: nunca, pero nunca, nunca, un niño debe estar sólo alrededor de una piscina, un charco o un río, ni bañándose, ni jugando en los alrededores. Siempre los debe acompañar un adulto que sepa nadar, mantener la cabeza fría y actuar si pasa algo. Lo recomendable es que cualquier niño menor de ocho años, siempre entre a la piscina o las fuentes de agua con un flotador de seguridad.

Intoxicaciones: la curiosidad es la característica número uno de los niños y si ven una botella apetitosa, o unas bolitas de colores, seguro se la llevarán a la boca sin pensar que les puede hacer daño. Por ello recuerda nunca cambiar el límpido o los químicos de limpieza o insecticidas de envase (menos si son envases de gaseosa), mantenlos en sitios altos o cajones cerrados con llave y haz lo mismo con las pastillas, así sean una simple aspirina. Todo fuera del alcance de la curiosidad y la boca de los niños!

Los niños, así sean grandecitos, son niños: darle la responsabilidad a un menor de edad de que cuide a sus hermanitos es un error. Ellos siguen siendo niños, sin la experiencia ni la sangre fría para actuar si algo pasa. Es injusto y es peligroso cargarlos con semejante responsabilidad. Cuidar a los niños es cosa de adultos y siempre debe haber uno cerca de ellos.