Si tu hijo duerme bien, tú también.

¡Aprende cómo lograrlo!

 

Como padres nos angustiamos cuando nuestros hijos no duermen toda la noche, pero eso no significa que tengan un trastorno del sueño. No te alarmes, el comportamiento a la hora de dormir puede ser diferente según el entorno y el rango de edad. Aquí vas a aprender cuáles son los hábitos normales del sueño y qué puedes hacer en casa para incentivar el buen dormir de tu hijo.

Reconoce cuáles son los hábitos de sueño que se consideran normales en los niños:

Recién nacidos:
Se duermen fácil en un ambiente tranquilo. Regularmente duermen entre 15 y 20 horas diarias.

Bebés de 3 a 6 meses:
Se despiertan constantemente, pero continúan durmiendo con facilidad.

Bebés de 6 a 9 meses:
Los niños comienzan a diferenciar el día y la noche, es común que duerman sin interrupciones durante la noche. Regularmente duermen 15 horas diarias.

 

Bebés de 9 meses a 1 año:
Comienzan a aparecer los despertares nocturnos, relacionados con la angustia que les genera separarse de los padres.

Hasta los 5 años:
Duermen toda la noche y realizan una siesta al día.

Después de los 5 años:
Regularmente duermen entre 8 y 10 horas diarias. Ya no requieren la siesta.

Conoce algunas recomendaciones para promover en tus hijos hábitos de sueño saludables:

Cuida la alimentación en cada etapa de tus hijos:

- La dieta complementaria (alimentos diferentes a la leche) debe iniciar desde los 4 meses de edad.

- Si tu bebé es menor de 18 meses, aliméntalo cada 4 horas, evita hacerlo con mayor frecuencia.

- No permitas que se duerma con el tetero en la boca ya que esto favorece la aparición de caries e infecciones respiratorias.

 

 

- Si tu hijo es mayor de 18 meses, dale la última comida 2 horas antes de dormir, preferiblemente baja en calorías para no hiperestimularlo.

- La higiene oral debe hacerse siempre antes de ir a la cama.

A la hora de ir a la cama:

- Practica la llamada “higiene del sueño”. Mantén objetos como televisor, computadores, videojuegos y otros por fuera de la habitación del niño y procura que no los use al menos una hora antes de acostarse.

- Incúlcale al tu hijo el hábito de dormir, aún en las siestas, en su habitación y en su cama, y siempre a la misma hora para que así relacione la cama con el sueño.

- Recuerda que la cama es el espacio para dormir, no permitas que la use para otras actividades como comer, jugar o estudiar.

- Tu hijo debe dormir en su cama. No lo traslades de su habitación a la tuya como solución al llanto. Devuélvelo las veces que sean necesarias hasta que concilie el sueño.

- Si el niño llora, no lo saques de su espacio, acompáñalo durante unos minutos, explícale que todo estará bien y retírate. Repite la visita cada 20 minutos hasta que se calme.

 

 

- Exprésale amor a tu hijo cuando estás con él, así no sentirá la angustia de la separación cuando llegue la hora de dormir.

- Déjalo que duerma con su objeto transaccional (jueguete o peluche al que es apegado porque le da seguridad), así cuando se despierte podrá jugar con él y tranquilizarse.

- No le des sedantes o somníferos sin recomendación médica.

- Evita situaciones de riesgo en caso de que el niño se levante. Por ejemplo: no dejes a su alcance objetos con los que pueda hacerse daño, cierra la fuente de gas, mantén con llave la puerta de salida, evita camarotes, entre otros.

 

El momento de ir a la cama no debe convertirse en una batalla con tu hijo. Estas recomendaciones te ayudarán a hacer más placentera la hora de dormir para tus pequeños y para toda la familia. ¡Te invitamos a ponerlas en práctica para lograr hábitos de sueño más saludables!