Prevéngalo desde la juventud.

 
 

“¿Sarcopenia?”, “¿Síndrome de Fragilidad?”... Son preguntas que te debes estar haciendo. En EPS SURA te contamos que son dos condiciones de salud que tienden a aparecer con el paso de los años. Muchas personas suelen decir que es el proceso normal de la vejez, pero, en realidad, es un aceleramiento de este.

Cuando llegas aproximadamente a los 30 años de edad, tu cuerpo inicia un proceso de pérdida de la masa muscular: primero la grasa le empieza a ganar terreno al músculo –ya sabes por qué aparece más fácil el exceso de barriga-; luego las fibras rápidas de tus músculos se empiezan a volver lentas, y así, sucesivamente, empiezas a perder fuerza, elasticidad, resistencia. A este fenómeno se le llama Sarcopenia.

Entonces, al darte cuenta de que ya no se te hace tan fácil realizar algunas actividades y de que te cansas más rápido, aparece la famosa frase “es que los años no vienen solos”, y, efectivamente, un tiempo después llega el Síndrome de Fragilidad, que se evidencia en personas a las que se les olvidan las cosas, caminan lento, tienen incontinencias urinarias o fecales y no coordinan pensamiento y movimiento. Algunas personas ligeramente lo denominan “vejez”. Tú ya sabes que es un aceleramiento que viene con pérdida de la calidad de vida.

“Juventud, divino tesoro”
La pregunta que te debe estar surgiendo es “¿Qué hacer?”. La respuesta es más sencilla de lo que te imaginas: estilos de vida saludables desde la juventud. Así empezarás a ahorrar salud y energías para que cuando, ahí sí, llegue un proceso normal de vejez, no afecte en demasía tu calidad de vida. Y, si ya estás en la edad adulta, recuerda que siempre es un buen momento para consentir tu mente y cuerpo.

Alimentación rica y saludable
Esta es la base para que tus músculos reciban la suficiente energía y tu cerebro funcione como un “relojito”:

6 porciones moderadas son más saludables que tres comidas grandes.
Platos ricos en frutas y verduras.
A mayor variedad de alimentos, más vitaminas y nutrientes.
Entre 6 y 8 vasos de agua al día.
Azúcar, sal, grasas y comidas con conservantes en cantidades reducidas.

 

 
 

Oxígeno para el cerebro y energía para el cuerpo
En el ejercicio está la base para que tu cuerpo y mente te aporten calidad de vida:

Realiza al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico en la semana, o 75 minutos de ejercicio vigoroso.
Combina ejercicios de diferentes actividades físicas: cardiovasculares, aeróbicas, fuerza, flexibilidad, coordinación.
Si vas a practicar tu deporte preferido, hazlo varias veces por semana y realiza un entrenamiento apropiado para ello.
Aprovecha el chequeo anual que te realizas con tu médico de familia para preguntarle por el tipo de actividad física que te recomienda de acuerdo con tu estado de salud.

 

Recuerda agregarle, con un buen estilo saludable, más vida a tus años.