Se ha comprobado que los beneficios de asolearse son pocos y estarían más relacionados  con la D3, importante en el metabolismo del calcio. La sola exposición diaria normal de la cabeza y las manos es suficiente para mantener un nivel constante de esta vitamina.

El sol emite radiaciones electromagnéticas con diferentes longitudes de onda: rayos infrarrojos, luz visible y luz ultravioleta (UV), siendo estos últimos los mas nocivos por su efecto cancerígeno favorecido por la destrucción de la capa de ozono.

Los efectos dañinos del sol, en el corto plazo, son el eritema o enrojecimiento cutáneo, con formación de ampolla (quemadura de primer y segundo grado), dolor, y puede acompañarse de síntomas como fiebre, deshidratación, convulsiones, pérdida de la conciencia (golpe de calor). A largo plazo son el fotoenvejecimiento, el cáncer cutáneo, las lesiones malignas, las manchas, etc.

Existen dos tipos de envejecimiento, el natural por el paso del tiempo y el fotoenvejecimiento que se agrega al anterior por la suma de efectos negativos de los rayos ultravioleta a lo largo de toda la vida. Vale anotar que no es la acción del sol del día anterior la que provoca el autoenvejecimiento sino la acción nociva de ese sol desde la infancia hasta la vejez.

Antes de los 18 años, la mayoría de la población ya ha recibido de 50% a 80% de la radiación solar que debería recibir en toda su vida.

La radiación solar en exceso provoca lesiones tales como quemadura solar, lesiones premalignas, envejecimiento prematuro, manchas (rojas, café, incoloras), afecciones oculares (cataratas, conjuntivitis), insolaciones, golpe de calor, así como reactivación de algunas lesiones dermatológicas, infecciones, sistemáticas, al disminuir la inmunidad.

El cáncer de piel se divide en melanoma y cáncer no melanoma. Este último comprende el carcinoma basocelular y el carcinoma escamocelular, que son los más frecuentes y constituyen 95% de los cánceres cutáneos. Pueden tener varias formas clínicas: nódulos, úlceras, placas, lesiones costrosas, verrucosas, etc. El factor causal más importante en su aparición es la radiación ultravioleta, más nociva en zonas de gran altitud, en zonas ecuatoriales, en personas de piel clara y en personas mayores de 35 años, y es el responsable al menos de 90% de todos los cánceres cutáneos.

El melanoma maligno es el cáncer derivado de los lunares y su incidencia está aumentando más que cualquier otro cáncer, al punto de doblar cifras en la última década.

Y aunque sus causas no se conocen con certeza, estudios epidemiológicos sugieren que exposiciones breves, intensas a la luz ultravioleta A (UVA, radiación UV de onda larga), contribuyen a su aparición. Hay otros factores, a menudo empiezan en un lunar preexistente, con cambios en su apariencia como un aumento en su tamaño, cambio en la forma, en el color, con diferentes matices, sangrado fácil cuando se traumatiza. Lunares que no cicatrizan después del trauma o tienen irregularidad en el borde. Todos estos cambios pueden indicar que un lunar se ha malignizado.

Es importante disponer de información sobre los riesgos de las exposiciones solares, acerca de la forma de prevenir y examinar minuciosa y continuamente la piel. Cualquier alteración debe ser consultada con el médico, quien puede sugerir dos formas de prevención: la protección solar y el autoexamen cutáneo.

Existen algunos signos de alerta que la persona encontrará en el autoexamen: una úlcera abierta que no sana en tres semanas, una mancha o úlcera que rasca intensamente o con sensación de quemazón, hormigueo, costras o sangrado fácil. Así mismo, cualquier lunar o mancha café que cambia en tamaño, grosor, textura, que sangra fácil o que tiene los bordes irregulares.

Las personas también deben saber que cuando aparecen manchas en la piel ya está frente a un daño serio. Tal peligro se debe a que los rayos ultravioleta penetran la piel y afectan el ADN de las células. Este transmite la información genética de una célula a otra y si se ve alterado comienza a reproducirse con fallas. Al cabo de varios años se tiene un grupo de células anómalas, que favorecen la formación de tumores.

De ahí que se derribe el mito que asegura que si no aparecieron manchas en la piel después de la temporada de sol, la persona ya no se enfermó. El efecto es acumulativo y hay que considerar que la radiación es cada vez mayor, por lo que las células tienen cada vez menos tiempo para recuperarse.

Los protectores solares
Protegen en algún grado la piel, de los efectos perjudiciales de las radiaciones solares. Para que la protección sea realmente efectiva su aplicación debe ser entre 15 y 30 minutos antes de tomar el sol, para que puedan adherirse a la piel.

Al seleccionar un buen protector solar debe tenerse en cuenta que bloquee tanto los rayos UVB como UVA, que tenga un factor de protección superior a 30; en lo posible que no tengan fragancia porque pueden desencadenar reacciones alérgicas y pueden hacer más sensible al sol.

Los protectores solares son sólo una ayuda, lo ideal es no exponerse directamente. Estos productos, aunque evitan la quemadura solar, son poco efectivos para prevenir el cáncer y el envejecimiento prematuro.

Otra creencia errada es que basta con aplicarse bronceador o bloqueador para estar protegido. Si bien ellos ayudan a tolerar el efecto de los rayos, ninguno ofrece protección total contra los rayos solares.

Un tema importante es saber si los protectores solares son resistentes al agua. Generalmente se realizan diversos test que los clasifican en no resistentes al agua, resistentes al agua, a prueba de agua, etc. Los protectores solares resistentes al agua son aquellos que luego de dos baños consecutivos de 20 minutos cada uno, siguen generando la misma protección; los a prueba de agua resisten cuatro baños consecutivos de 20 minutos cada uno.

Es importante saber si el protector es resistente al agua, no a la toalla, que por acción mecánica altera los efectos buscados, sobre todo en los niños pequeños, a quienes las mamás secan luego del paso por el agua. Por eso, hay que tener la precaución de volverlo a aplicar.

Las personas trigueñas o que ya tienen la piel pigmentada por la exposición al sol no deben descuidarse en la aplicación de filtros solares. El hecho de que no sea visible la quemadura no es señal de que no haya daño. Menos recomendable aún es aplicar distintos factores de protección según la zona del cuerpo, esta práctica hace muy frecuentes los cánceres de piel en las piernas.

La sombra, protector natural
Buscar la sombra es la primera opción en los días soleados. Cuando no sea posible, siga estas medias de prevención:

vineta_naranja2.jpgReducir al mínimo la exposición al sol, entre las 10:30 a.m. y las 3:30 p.m., cuando el sol es más fuerte.

vineta_naranja2.jpg Usar sombrero. Camisas manga larga y pantalones largos para estar al sol, preferentemente de tejido con trama ajustada para mayor protección. Una vez las prendas se mojan, pierden todo efecto protector porque dejan pasar los rayos ultravioleta.

vineta_naranja2.jpg Las personas con mayor riesgo de contraer cáncer de piel (las que trabajan al aire libre, las de tez clara y las que ya lo han padecido) deben aplicarse el filtro solar diariamente de manera obligatoria. Y en general todas las personas, hombres y mujeres deben hacerlo todos los días.

vineta_naranja2.jpg La fotosensibilidad (sensibilidad aumentada a la exposición solar) es un posible efecto secundario de ciertos medicamentos, drogas, cosméticos y también de algunas píldoras anticonceptivas.

vineta_naranja2.jpg ¡Cuidado con las superficies reflexivas! La arena, la nieve, el cemento y el agua pueden reflejar en la piel más de la mitad de los rayos solares. Sentarse a la sombra no garantiza protección del sol. En las piscinas, ríos, lagos, el agua aumenta la radiación 10%, y dentro del mar, el ascenso es entre 15% y 25%.

vineta_naranja2.jpg Evitar cámaras autobronceadoras. La luz ultravioleta que emiten las cabinas de bronceado causa envejecimiento cutáneo prematuro. Aumenta también el riesgo de padecer cáncer de piel.

vineta_naranja2.jpg No exponer al sol a bebés y niños pequeños. Comenzar a aplicarles filtros solares a los seis meses, exponiéndolos al sol con moderación antes de las 10:30 a.m.

vineta_naranja2.jpg Enseñarles a los niños a protegerse del sol desde temprana edad.

vineta_naranja2.jpg No existe un bronceado saludable. El bronceado es una respuesta al daño cutáneo por la irradiación ultravioleta.

vineta_naranja2.jpgAplicar protector aún en días nublados y brumosos.