Aunque el dolor es uno de los signos que utiliza el cuerpo para señalar que algo anda mal, con respecto al dolor de cabeza es diferente.

En la mayoría de los casos, por intensa y desesperante que sea la molestia no se relaciona con ninguna enfermedad o desorden. La cefalea puede deberse a muchas razones. Una exposición prolongada del sol, hambre, la ingesta de alcohol, fiebre, demasiado o poco sueño o un esfuerzo excesivo (incluyendo la actividad sexual) pueden generar dolor de cabeza que por lo general duran poco y se van simplemente con un analgésico o el paso del tiempo. Sin embargo, hay cefaleas que no son tan normales, ni desaparecen tan fácilmente.

Los especialistas dividen las jaquecas en cefalea tensional, migrañas y cefaleas en racimo.

Las cefaleas tensionales afectan tanto a hombres como a mujeres. Se caracterizan por el dolor en la coronilla o en la nuca y se deben a inflamación de los vasos sanguíneos extracraneales que irritan las terminaciones nerviosas circundantes. Pueden ser esporádicas, pero si se repiten más de tres veces a la semana por un período de un mes se consideran como crónicas.

Las cefaleas en racimo no son comunes, pero constituyen una de las más intensas y molestas. Se caracterizan por una sensación de ardor o dolor perforante en o alrededor de un ojo, que puede migrar hacia la mejilla. El ojo afectado se vuelve lloroso, rojo y su pupila se contrae. La fosa de la nariz del mismo lado puede bloquearse y comenzar a drenar profusamente. Es un desorden más común en hombres que en mujeres. Esta jaqueca puede llegar al pico del dolor en diez minutos y durar hasta 2 horas. Ocurre generalmente en la noche o una o dos horas después de haberse despertado. Se le relaciona con los cambios de estación y con los fumadores impulsivos.

La migraña presenta el 6% de los dolores de cabeza y es tres veces más frecuente en mujeres que en hombres. Puede ser tan intensa que lleve a la incapacidad, impidiendo que la persona realice actividades tan simples como cepillarse el pelo y afeitarse por hipersensiblidad de la piel. Comienza usualmente en la mañana o durante el día, como un dolor punzante a uno o ambos lados de la cabeza que desaparece poco a poco.

Estrategias para controlar la migraña:
• No le permita tomar ventaja: mientras más rápido se trate, más fácil se controlará.
• Descanso: no se trata de sentarse un rato, es acostarse en una habitación silenciosa, oscura y aislada.
• Terapia de frío: aplicar una compresa de agua fría o una bolsa de hielo en la nuca parece ser un mecanismo efectivo para controlar la migraña.
• Masajes: hacer presión con los dedos en las zonas afectadas de la cabeza.
• Evitar fumar mientras tenga la migraña.
• Hacer algunos ejercicios de relajación.
• Revisión médica periódica.