La primera consulta, en la que inicia la importante relación de la paciente con su médico, se hace una historia clínica completa teniendo en cuenta el historial gineco-obstétrico de la madre, los antecedentes médicos de ella y su familia, y su estado de salud general.
La historia gineco-obstétrica: todo sobre la salud reproductiva de la madre, la regularidad de los ciclos menstruales y, si se han dado, las condiciones de embarazos anteriores.
Los antecedentes médicos: se indaga acerca de la presencia de las enfermedades que puedan significar un riesgo en el embarazo. La diabetes es uno de los aspectos importantes a tener en cuenta, porque la mujer en embarazo es propensa a generar diabetes gestacional. La presencia de preclampsia (incremento de a presión arterial en el embarazo) en hermanas o la madre de la embarazada, puede generar alguna predisposición a generar esa delicada patología.
El examen físico: es posible que en la primera consulta se ordenen algunos exámenes de laboratorio. La presión arterial, el peso, revisión de los senos, verificación de la aparición de edemas y auscultación de la frecuencia cardiaca de la madre son algunas de las rutinas que el médico seguramente estudiará mes a mes, dependiendo de las condiciones y los antecedentes de la mujer. Además, revisará la altura ultrauterina, y la frecuencia cardiaca del feto.
El corazón del bebé funciona como tal a partir del día veintiocho de vida embrionaria, y es detectado por medio del ultrasonido (ecografía) desde la semana siete. A partir de la semana doce es posible que se escuche el palpitar por medio de un Doppler (instrumento médico que amplifica el sonido intrauterino), y será audible con un estetoscopio aproximadamente a partir de la semana dieciocho de la gestación. El temor a hacerle daño al feto, la ansiedad por el futuro y cierta inseguridad en la manera de llevar el embarazo, son sensaciones frecuentes en las futuras mamás. Ellas no pueden permitir ser dominadas por esos miedos, y una buena estrategia es aprovechar la consulta prenatal para despejar todas las inquietudes que le ayuden a sentirse segura; no debe olvidarse que es mejor consultar a tiempo que dejar avanzar algún problema que pueda provocar trastornos a la madre o al feto que se está desarrollando.