El dolor de oído es una de esas afecciones que simplemente no se pueden ignorar y que hacen que tu día se vaya volviendo más y más pesado. Si tienes niños, seguramente has trasnochado más de una vez, consolándolos por un dolor repentino a la mitad de la noche.

La próxima vez que se presente uno, no te alarmes. El dolor de oído requiere una actuación rápida y efectiva, pero, generalmente, esta puede darse desde casa, de manera sencilla y sin necesidad de medicamentos. Lo más importante es que reconozcas los síntomas y tomes las medidas necesarias según sea el caso.

Esta dolencia se conoce como otitis y se divide en dos tipos: media y externa.

Está usualmente relacionada con la gripa y se manifiesta con dolor, mareo, zumbido o presión en el oído, fiebre, dolor de cabeza y escurrimiento de nariz. Ya sabes, si aumenta el uso de los pañuelos en tu día y el malestar es el protagonista, es posible que además pases por un cuadro de otitis media.

Su tratamiento es sencillo:

• Pon una toallita remojada en agua caliente sobre la oreja para reducir el dolor. A menos que se trate de un bebé, un cojín eléctrico también puede ayudarte.

• Aumenta el consumo de líquidos transparentes como agua, jugo de manzana, gelatina sin sabor o caldos.

• Si se trata de un bebé, asegúrate de que tome el tetero medio sentado y de que no se quede dormido con él en la boca para que la leche no entre en su oído.

• Evita al máximo cualquier contacto con el humo de cigarrillo

No confíes en los mitos urbanos: encender humo no generará ningún beneficio ni te brindará una solución.

Esta clase de otitis se produce cuando un elemento extraño entra al canal auditivo: agua, arena, basuritas, restos de copitos o insectos. Esta se manifiesta con dolor al jalar la oreja o al masticar, sientes comezón y una sensación de presión.

Si se trata de algún insecto, no intentes matepso dentro del oído.
¡Mantén la calma! Pon la oreja frente a una luz directa y jala hacia arriba y hacia atrás para que salga por su propia cuenta.

En el caso de que se trate de un objeto, repite el movimiento con la oreja. No intentes sacepso con pinzas u objetos alargados, pues podrías ocasionar una lesión mayor.

Con ambos tipos de otitis es probable que salga líquido con sangre y pus de los oídos: esto es una señal de que tal vez la membrana del tímpano se ha reventado. Si es la primera vez que ocurre no suele ser grave ni afectar la audición pero sí requiere revisión por el médico de familia para establecer el tratamiento y seguimiento. Es importante que evites que tu oído entre en contacto con el agua por tres o cuatro semanas para que la membrana pueda regenerarse.

A pesar de que el tratamiento desde casa es simple, existen ciertos síntomas que te indican que debes acudir a un profesional: generalmente la persistencia del dolor de cabeza, el cuello tieso, la irritabilidad y la confusión son llamados de atención para que solicites una cita.

Si tienes otitis media, debes ser evaluado por un profesional cuando el dolor persista a pesar de recibir tratamiento en casa. Si el diagnóstico es de otitis externa, busca ayuda médica en caso de que el objeto no salga, tengas dolor o comezón por más de tres días, fiebre superior a los 38° o presentes enrojecimiento en la entrada del oído.

Ten en cuenta estas tres opciones del Servicio de Orientación de EPS SURA, para definir si debes hacer uso de los servicios de urgencias o de consulta prioritaria:

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