¿Puedo comer de todo por la noche? Como casi todo en la vida, nada es blanco o negro, por ello la respuesta es “depende”. |
Lo primero que debes analizar es: por lo general las personas que no desayunan, suelen comer mayores cantidades durante el resto del día y en especial por las noches. Es así como a la mañana siguiente sienten que están llenos, entrando en un círculo vicioso. |
Más porciones y menos tamaños en el día Avanzando en el día es importante incluir entre uno y dos refrigerios, de tal manera que el almuerzo y la cena no sean tan abundantes. De esta manera, siempre tendrás energía para realizar tus actividades y no sufrirás de pesadez. Dos sugerencias para tener en cuenta: |
Trata que tus refrigerios sean fruta y planifícalos con anticipación, por ejemplo, teniendo paletas de sandía en la nevera (solo es cortarla en trozos y ponerles un palo) o llevando manzana picada con limón en la lonchera. Saber qué vas a comer te evitará caer en situaciones como comprar el primer paquetico que veas para calmar el estrés, antojarte de fritos al ver u oler la comida de otros… |
Las ensaladas deben ser las protagonistas. Una sugerencia muy práctica es siempre llenar la mitad de los platos con verduras. |
Indicaciones para la cena • Se llegó la hora de la cena, es muy probable que si durante el día consumiste porciones frecuentes y reguladas, tu apetito te pida solo un plato pequeño. Ten en cuenta, reducido, pero variado. Incluye proteínas bajas en grasa (por ejemplo, carne asada) y verduras (favorecen la digestión previa al sueño). |
Recuerda que cada cuerpo es diferente, por eso es tan importante que asistas anualmente a tu chequeo con el médico de familia, quien, de acuerdo con su criterio profesional, te indicará si te encuentras dentro de tu peso ideal y qué tipo de alimentos debes preferir de acuerdo con tu estado de salud y edad. Además, en caso de que tu cuerpo lo requiera, te remitirá al nutricionista. |