En la pubertad, el organismo de los varones comienza a producir una gran cantidad de la hormona testosterona, que provoca cambios en varias partes del cuerpo, incluida la voz. Para empezar, la laringe de los varones se agranda.
La laringe, ubicada en la garganta, en el extremo superior de la tráquea, es como un tubo hueco que mide 5 centímetros de alto. La laringe cumple la función de crear el sonido de la voz. Atravesando la laringe se encuentran dos músculos, las cuerdas vocales, que se extienden como bandas elásticas. Con la respiración, las cuerdas vocales se relajan contra las paredes de la laringe y se abren totalmente para permitir que el aire ingrese a los pulmones y salga de ellos. Cuando se habla, sin embargo, las cuerdas vocales se juntan y se estiran atravesando la laringe. El aire proveniente de los pulmones pasa por entre tus cuerdas vocales y las hace vibrar, lo que produce el tono de la voz. Cuando la voz es más grave, las cuerdas vocales están elongadas y relajadas. Cuando el tono de voz es más agudo, las cuerdas vocales se acortan y se tensan.
A medida que la laringe crece, las cuerdas vocales se alargan y ensanchan. Además, los huesos de la cara comienzan a crecer. Las cavidades de los senos paranasales, la nariz y la parte posterior de la garganta se agrandan. Esto genera un espacio mayor en la cara, por lo que la voz tiene más lugar para resonar. Todos estos factores hacen que la voz se vuelva más grave.
En los varones, cuando la laringe crece, se inclina y forma un ángulo distinto dentro del cuello, una parte sobresale en la zona del cuello que está por delante de la garganta y forma la nuez de Adán.
Fuente: Kidshealth.org