Sumérjase y deje atrás los mitos, poner en contacto a los bebés con el agua es una decisión que influirá en beneficio de su desarrollo físico y emocional.

Recurriendo quizás a una memoria que le viene desde antes de su nacimiento, un bebé es capaz de entrar en el agua sin traumatismos, pues algo de ese medio acuoso que es el líquido amniótico del vientre materno le ha quedado como recuerdo, su pequeño cuerpo, aún torpe para defenderse del mundo terrestre, se siente como en casa al estar dentro de una piscina.

De un lado está el temor de los adultos quienes piensan que el agua violenta la calidez en la que parecen estar los pequeños; sin embargo, surge la realidad, durante los primeros meses de vida un bebé logra desarrollarse más y mejor si mantiene un contacto adecuando con un medio acuoso.

A la piscina no sólo se va a aprender a nadar, eso vendrá después, lo que interesa ahora es que los recién nacidos encuentren una estimulación adecuada en este espacio con el fin de lograr un crecimiento en equilibrio, armonía y seguridad.

Zambullirse
Entre las exigencias que hacen muchos centros especializados en natación para niños, está la participación de uno de los padres en el proceso, es así como ante la presencia del padre o la madre, el bebé se siente reconocido, en confianza y afectivamente protegido. Por lo general, las sesiones con este público tienen una duración de una hora y la piscina ha sido adecuada especialmente para ellos, sobre todo en temperatura, que debe estar entre 32°C y 34°C.

Otro factor a tener en cuenta en el primer acercamiento al agua, es que este se lleve a cabo con la dirección de personas especializadas en el manejo de bebés y preferiblemente en sesiones para pequeños grupos de la misma edad y no individuales, así se facilitará el proceso de socialización y por lo tanto de estimulación de autorreconocimiento.

En la piscina, el bebé se siente libre, su cuerpo puede moverse con facilidad y no como en tierra donde hay frustración debido a razones de tipo postural. A esto se le suma la estimulación que está recibiendo de los adultos y demás compañeros en esta aventura, contactos que crean una interacción que difícilmente se desarrolla en tierra.

Primeras lecciones
Además de la trascendencia que tiene la natación para los niños en el plano efectivo y emocional, expertos reconocen sus beneficios para el desarrollo de la motricidad gruesa, el movimiento y el desarrollo de su cuerpo. El agua estimula el movimiento y desarrollo de su cuerpo. El agua estimula el movimiento, y fortalece su sistema de defensas.

Recomendaciones antes de meter sus niños a la piscina:

vineta_naranja.jpg Tener cuidado con los tratamientos del agua para evitar enfermedades gastrointestinales o brotes.

vineta_naranja.jpg Proteger a los pequeños de los rayos ultravioleta que puedan producirles quemaduras de primer o segundo grado.

vineta_naranja.jpg Los bebés menores de un año se adaptan más fácilmente al agua, de ahí que mientras mas temprano, menor temor.

vineta_naranja.jpg Los juegos son el mejor medio para vencer la resistencia en los niños. Sea paciente e incítelo a progresar. Si no se siente con los suficientes fundamentos pedagógicos, busque una buena escuela de natación acorde con la edad de los niños.