Es necesario ser exacto en las definiciones: el cigarrillo no produce el cáncer, pero las sustancias que lo componen sí son factores desencadenantes muy importantes de esta enfermedad.

Esto no constituye una contradicción. El cáncer es un grupo de enfermedades que tienen su origen en mutaciones de la cédula. Para que el cáncer se desarrolle se requiere que se presenten entre 5 y 7 genes alterados El alquitrán, uno de los principales componentes del cigarrillo, es una sustancia con una gran capacidad de generar mutaciones, esto es, dañar la estructura de la célula. Y es ahí donde comienza la relación peligrosa entre el cigarrillo y el cáncer. Para que el cáncer se desarrolle, ya tiene que existir una célula iniciada, lo que quiere decir, una célula con uno, dos o más cambios estructurales, cuyo origen puede ser la herencia, la exposición anterior a agentes mutantes o la genética. Esas células iniciadas se activan en la presencia de ciertas sustancias que tienen la capacidad de generar nuevas mutaciones a la célula, y que se conocen como cancerígenos.

Cada persona tiene unos factores de riesgo particulares, determinados por su historia familiar y genética, así como de sus hábitos y de su entorno. Cada uno de estos factores desencadenantes no produce la enfermedad, lo que hace es incrementar las probabilidades de desarrollarla.

Las sustancias causantes de enfermedades catastróficas presentes en el cigarrillo, en combinación con otras que también causan estas enfermedades, potencializan su capacidad destructora unas con otras. Los fumadores tienden a consumir más alcohol, café y té que quienes no fuman, y si se tiene en cuenta que, por ejemplo en el caso del cáncer, las investigaciones indican que el alcohol es el responsable de la aparición de 3% de los cánceres y que el cigarrillo produce 40% de cáncer, pero en el consumidor asiduo de las dos sustancias la incidencia es superior a la que indican las estadísticas.

Guía para quien quiere dejar de fumar

â€Â¢ No piense que tiene que pasar el resto de su vida sin fumar. Preocúpese sólo por el día de hoy.
â€Â¢ Evite situaciones de peligro y todo aquello que le acuerde el cigarrillo. Ponga los encendedores y las cajetillas de cigarrillo en un lugar lejano a la vista.
â€Â¢ Evite estar con fumadores activos en cuanto le sea posible, mientras fortalece la voluntad.
â€Â¢ Tenga siempre a la mano algo para picar, para cuando la necesidad sea urgente. Funcionan trozos de apio, zanahoria, astillas de canela, jengibre, productos de sabores fuertes, que ayudan a disminuir la ansiedad. Evite las golosinas.
â€Â¢ Esté atento a las situaciones de peligro o deseos de fumar. En cuanto sea posible, las situaciones que desencadenan el deseo de fumar tales como el café y el alcohol.
â€Â¢ Cuando tenga muchas ganas de fumar, cambie la actividad por otra que para usted sea placentera y que no desencadene el deseo de fumar.
â€Â¢ Aprenda a relajarse, pero sin cigarrillo: respirar profundo, contar hasta diez e intente dejar salir el aire lo más lento posible por la boca. Esto disminuye la ansiedad y oxigena los tejidos del organismo.
â€Â¢ Ponga por escrito, y en lugares visibles, principalmente en donde pasa más tiempo, las razones tiene para dejar de fumar.
â€Â¢ Evite cualquier recaída. Recuerde que el cuerpo humano necesita entre seis y ocho semanas para desintoxicarse de la nicotina. Una sola fumada podría reactivar el proceso de adicción en su cerebro, y tendrá entonces que comenzar de nuevo.
â€Â¢ Guarde el dinero que se está ahorrando al dejar de comprar cigarrillo, para que al terminar el año pueda darse a sí mismo un premio a su esfuerzo.