1. Pensar que estás enferma
Aunque se presentan síntomas que generan incomodidades y que pueden asemejar una enfermedad, la madre no está enferma.  Al contrario, el embarazo es uno de los más bellos momentos en que todo el cuerpo está dispuesto a cumplir una de las misiones para las cuales fue creado.  Estos síntomas se presentan por diferentes razones. Unos por el incremento de ciertas hormonas necesarias para el desarrollo del bebé, y otros, por los cambios físicos que suceden en el cuerpo.  Algunos de ellos son las náuseas, vómitos matutinos y mareos, cambios en el funcionamiento normal del intestino, edema (hinchazón en los pies) y necesidades recurrentes de orinar.

El  temor de la idea de tener un hijo con malformaciones o de sufrir alguna enfermedad del embarazo, genera el surgimiento de conceptos populares que cargan de culpa, y muchas veces de pánico, a la futura madre.  Estos mitos se traspasan de generación en generación y arraigan creencias que son difíciles de destronar, pero que tienen siempre en el fondo un gran motivo, el deseo del que el nuevo ser nazca saludable y llene de felicidad el nuevo hogar

Viene un bebé. Todo el mundo se siente emocionado, alegre, y la mamá se lleva toda la atención, pero ellos, los nuevos papás también están ahí, experimentando nuevas sensaciones.

Esta enfermedad que puede tener consecuencias graves, especialmente para el bebé en gestación, es prevenible si se conocen sus causas.